Los tres rostros del Bullying

Por Juan Manuel Feito – Director de Personas y Formación en Fundación Gestiona

Hablar de Bullying o de Acoso escolar, no es hacerlo de nada nuevo; tan sólo se trata de darle vueltas a un viejo y conocido problema que, no sólo no hemos conseguido erradicar, sino que se ha hecho mayor creciendo en agresividad y en dramatismo.

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El Acoso escolar presenta tres rostros fácilmente reconocibles pero muy complicados siquiera de atenuar.

Su primer rostro bien podríamos denominarlo: “entorno de entornos” ¿Qué queremos decir con esto? Pues que como tantos y tantos fenómenos destructivos humanos, se gesta en una cocción integrada por cuatro ingredientes: La propia naturaleza humana, capaz de lo mejor y de lo peor cuando se trata de actuar frente a semejantes; El ambiente social en el que nos movemos, cada vez más deshumanizado, cruel y desafiante; El entorno socio-afectivo de algunos niños, que nacen y crecen en familias desestructuradas y problemáticas recibiendo una educación algo más que nociva que a veces termina creando pequeños salvajes…

El último ingrediente de nuestra particular macedonia social, es el micro-mundo que representan las aulas escolares, en las que los otros tres ingredientes tienen un destacado papel, y en las que el inevitable reparto de roles hace que emerjan y se posicionen los fuertes y los débiles al más puro estilo darwinista.

El segundo rostro del Acoso escolar, es sin duda sus “principales señas de identidad”, que muchos profesionales de la educación no aciertan a distinguir como bullying, confundiéndolas con “cosas de chiquillos”; son estas: El Bullying es una actividad continua de agresividad; se trata de un acto deliberado, es decir, realizado a conciencia; Es un conflicto desigual, donde el más débil tiene todas las posibilidades de ser acosado. Y por último, Está demostrado que si se sufre en edades comprendidas entre los 11 y los 16 años, existe gran riesgo de que afecte a la personalidad adulta de la víctima.

Para finalizar, nos vamos a ocupar del tercer y último rostro del Bullying; lo vamos a denominar, “Actitudinal”. El Bullying siempre acompañará a los entornos escolares mientras directores, jefes de estudios, tutores y profesores sigan mentalizados de que su principal y único rol es el de “enseñar”. Es preciso y urgente que acepten la existencia de este grave problema, que aprendan a detectarlo y sobre todo que se comprometan a enfrentarlo tomándolo así como una más de sus atribuciones, tan importante como cualquier otra.

La herencia invisible

Por Irene López Assor. Directora de la Fundación Gestiona

15 de mayo, Día Internacional de la Familia

Creo que resulta conveniente y necesario hacer una reflexión acerca del  papel fundamental que la institución de la familia juega en la educación de los hijos, algo que a menudo olvidamos los propios  padres y madres. Lo olvidamos por ejemplo cada vez que nos sorprendemos a nosotros mismos reproduciendo discursos o actitudes de nuestros padres que juramos no repetir con nuestros hijos.  Porque, ¿qué padre o madre no se ha reconocido alguna vez en comportamientos aprendidos de sus mayores de los que un día renegó? Y la sorpresa es mayúscula cuando de pronto la madre que creía la más dialogante y tolerante del mundo se encuentra soltándole a su hijo: “Mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo te diga” y otras sentencias por el estilo. O cuando el padre que presume de moderno e igualitario en sus planteamientos sociales y de género en otras facetas de su vida, permanece callado mientras ve como al terminar de comer sus hijos varones vuelan hasta el sofá y el televisor mientras sus hijas recogen la mesa.

Ese tipo de situaciones que tanto nos desconciertan, porque nos hacen sentir que nos estamos traicionando a nosotros mismos, son la prueba palpable de que la herencia familiar tiene un peso enorme en nuestro desarrollo como individuos, mucho más del que podemos suponer. Una herencia que aflora de un modo muy evidente cuando estamos educando.

Pero ¿por qué es casi inevitable que a la hora de educar terminemos convirtiéndonos en una especie de reencarnación de nuestros padres? Básicamente porque esos comportamientos aprendidos de nuestros mayores constituyen ni más ni menos que nuestro modelo de referencia. Y es que la familia ha sido y sigue siendo la base del crecimiento y educación del niño. Lo que transmitimos como padres tiene un enorme calado en el menor, una herencia que se perpetuará hasta la edad adulta y que condicionará su autopercepción y su propia identidad.  Hay que tener muy presente que esos ejemplos son una fuente primara y de plena confianza para el niño acerca de la realidad. Por ello, inevitablemente, los modelos vividos e interiorizados  en casa serán los cimientos de los que el niño desarrollará cuando alcance la edad adulta.

¿Y qué sucede cuando nosotros mismos no nos sentimos satisfechos con esos comportamientos heredados? Cuando se producen contradicciones con el modelo, es necesario hacer un trabajo terapéutico intenso para tratar de encontrar ese otro modelo con el que nos sintamos más cómodos pero que, al mismo tiempo, nos permita reconciliarnos con el anterior, con el de nuestros padres.  Está demostrado que cuanta mayor ira y rechazo nos produzca el modelo aprendido, mayores posibilidades habrá que terminemos pareciéndonos a él con el paso del tiempo. Por el contrario, cuanta mayor sea el grado de aceptación  e integración del modelo recibido, más libertad tendremos para generar el nuestro propio a partir de sus bases.

Así pues, los padres han de ser especialmente conscientes y cuidadosos con los mensajes y etiquetas que transmiten a sus hijos, ya que muchas de ellas permanecerán en ellos para toda la vida. Únicamente recurriendo a  largos y complejos procesos terapéuticos se puede llegar a eliminar determinadas  etiquetas negativas que el niño recibió de sus mayores y que quedan grabadas en su subconsciente.

SERIOS RIESGOS PARA ERASMUS

La comisaria europea de Educación, Juventud y Cultura, Androulla Vassiliou, ha señalado que el programa Erasmus se encuentra es una situación muy delicada debido a la falta de financiación para 2012. Así, ha explicado que hay que buscar una solución -que ha tildado de urgente- para su continuidad.

En este sentido, Vassiliou ha alertado que el programa de intercambio Erasmus podrá tener serios problemas de continuidad durante el segundo semestre del próximo año por culpa del déficit presupuestario que tendrá que afrontar el programa europeo de movilidad de estudiantes. Esto es así puesto que una parte de los fondos asignados para ese año se emplearán en cubrir las solicitudes de financiación de los Estados miembros, unos 220 millones de euros para 2012.

La Comisión Europea pretende cubrir las necesidades de los Estados miembros para financiar el programa el año próximo con fondos previstos para 2013, «pero eso plantea un problema para el segundo semestre de dicho año, ya que entonces la situación será peor de lo que es ahora», ha advertido la comisaria; quien ha recalcado que “esta situación no ayuda a nuestros jóvenes ciudadanos en estos tiempos de crisis y va en detrimento del espíritu europeo».

Vassiliou ha cifrado en 90 millones de euros la cantidad adicional que se necesitaría para cuadrar el pago de estas becas y evitar así caer en impagos. Dicha cantidad iría destinada a los más de 270.000 estudiantes que disfrutarán de una beca Erasmus en el curso 2012/13. Bruselas ya advirtió que, de fracasar las negociaciones presupuestarias, sería necesario reducir el número de plazas ofertadas o el monto de las becas, lo que puede afectar especialmente a los jóvenes con menos recursos.

Las becas Erasmus son uno de los programas educativos más populares de la UE, ya que permite a sus universitarios –incluidos los de Croacia, Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Turquía- estudiar o realizar prácticas de entre tres y doce meses en otro país participante.